Crema Catalana

La crema catalana o crema quemada es un postre muy típico de la cocina catalana. 

Consiste en una crema pastelera con base en yema de huevo que se suele cubrir con una capa de azúcar caramelizado en su superficie para aportar un contraste crujiente. 

Se come durante todo el año pero es costumbre prepararla el día del padre, celebrado el 19 de marzo. 

Este postre propio del día de San José se puede servir solo o como relleno de otros muchos postres

Es una receta super sencilla y de preparación rápida. 

Aunque es una receta  clásica siempre podemos darle un toque especial si se nos antoja, como añadiéndole vainilla, licores... 

La crema catalana se puede utilizar para rellenar ensaimadas, cocas, tortells, xuixos, palos, crestas y todo tipo de bollería y pastelería.






Crema Catalana

Ingredientes para 6 personas:

750 ml de leche
6 yemas de huevo
15 gr. de maicena (Harina de maíz)
200 gr. de azúcar blanco
Piel de un limón
2 ramas de canela
Azúcar para quemar





Elaboración:

1. Separar un poco de leche en un vasito a parte.
2. En una olla, poner a calentar a fuego medio el resto de la leche con la corteza de limón y las ramas de canela. Dejamos que vaya aromatizándose.
3. Mezclamos bien con unas varillas en un cuenco, el vasito de leche, con las yemas, la maicena y el azúcar. En ese orden.
4. Cuando esté bien mezclado y la leche se haya aromatizado, echamos la leche encima de la mezcla anterior sin dejar de remover con las varillas.
5. Vertemos de nuevo sobre la olla, pero colándolo a la vez ayundándonos con un colador o un chino. Así separamos los grumos, la piel de limón y la canela.
6. Volvemos a poner a calentar en el fuego y vamos removiendo sin parar, teniendo cuidado en que no se nos pegue a las esquinas de la olla.






7. Cuando empiece a espesar un poquito, sin que llegue a hervir, retiramos del fuego y repartimos sobre las cazuelitas o los cuencos donde vayamos a servir.
8. Metemos en el frigorífico y dejamos que se enfríe totalmente.





9. Sacamos del frío y espolvoreamos con azúcar blanco y quemamos con una pala de hierro caliente o con un soplete. Yo he usado un soplete pequeñito que te ayuda a no calentar la crema y para mí le da un toque más profesional, además de ser menos engorroso y ocupar muy poco en la cocina.





Es un postre ligero, suave y nada empachoso.





¡¡Qué ganas de probarlo!! Mmmm...







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 Me haría muchísima ilusión. 
 
^_^




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